Siguiendo con la línea de posts de este mes de septiembre en el que el tema principal son esos objetivos que nos planteamos, hablemos hoy del arte de la pregunta que uno debería de tener para conseguir eso que pretende. Preguntarse cosas significa reunirse con uno mismo. ¡Sí!, ya lo sé, tenemos poco tiempo para esas reuniones para dialogar con nosotros mismos. Son esas preguntas que nos noquean algunas veces porque le tienes que dar vueltas a la respuesta y a lo mejor esa respuesta no nos gusta y preferimos vivir en el “a salto de mata” continuo. Son preguntas que te hacen reflexionar y pasar a la acción.
El coaching proporciona herramientas en ese arte de la pregunta. ¡Ya sabéis!, salen coaches por debajo de las piedras al ser una profesión que no está regulada, y algunas veces se aprovechan de que la gente tiende a confundir disciplinas. Cuando tienes una patología, hay personas que aún siguen pensando que un coach es la solución. Quizás es más “fashion” pero la solución pasa seguramente por un buen psicólogo aunque tenga menos glamour.
Sin embargo en la búsqueda de ayuda para conseguir esos objetivos de los que hablábamos al principio, el coaching sirve y para mucho. Y la pregunta que me formulo, es ¿y porque no puedes empezar a usar esas preguntas poderosas que nos ofrece el coaching y aplicártelo tu mismo? Conozco personas que tienen esa capacidad de ser objetivos y sinceros consigo mismo y son capaces de hacerse un buen selfcoaching. En el caso contrario un buen coach te ayudará. Aporto un artículo interesante titulado ¿Dónde estoy y dónde quiero ir? encontrado en la web de la amiga y buena coach Vicki Muns en el que habla de esas buenas preguntas que puedes empezar a formularte.
« ¿A dónde quiere ir?» Al subir a un taxi esta es la primera pregunta que va a hacerte el taxista y a la que podrías responder: «Estoy harta de estar en este lugar con la de problemas que me ha ocasionado». Probablemente el taxista te escuche asintiendo y te vuelva a preguntar « ¿A dónde quiere que la lleve?» y la respuesta podría ser parecida a la anterior: «A algún sitio en el que no haga frío y que no sea incómodo»; a lo que el taxista volverá a preguntar… ¿A dónde quiere ir?
Aunque habitualmente las personas tenemos bastante claro aquello qué queremos realmente, este es un ejemplo de lo complicado que puede llegar a ser identificar y definir un objetivo cuando solo conocemos aquello que no queremos.
Nos fijamos objetivos cuando en el momento presente aparece una incomodidad, ya sea una situación problemática o un comportamiento que no deseamos tener.
¿Dónde estoy y a dónde quiero ir?
Para identificar un objetivo es necesario poner atención a la incomodidad del estado presente — ¿Dónde estás?
¿Cuál es la incomodidad que quieres cambiar? Mi incomodidad/problema es____________________
Una vez hayas identificado tu incomodidad, el siguiente paso va a ser definir tu objetivo — ¿Dónde quiero estar? Y para ello te propongo este modelo:
1.Niega tu incomodidad: ¿Qué es lo que quieres evitar? ¿Qué es lo que quieres dejar de hacer? Quiero evitar/dejar de hacer __________________________________
2.Identifica lo contrario del estado problemático: ¿Qué es lo opuesto al problema que tengo? Quiero__________________________________
3.Quizá tengas una referencia externa, puede que conozcas a alguien que haya alcanzado ese objetivo o alguno similar: ¿Quién puede servirte de referencia? Quiero actuar/ comportarme como_____________________________________
4.Y, ¿qué características clave te gustaría disponer de esa persona referente? Las características que quiero representar son ____________________
5.Posiblemente ya dispongas de algunos recursos y cualidades y necesites ampliarlos: Quiero tener más ______________________________________
6.Actúa “como si”: Si ya hubiera alcanzado mi estado deseado, estaría haciendo ______________________________
Espero que consigas tu objetivo, ¡Adelante!
Hacer preguntas poderosas es un arte. Son esas preguntas abiertas que te orientan a la acción. Desde el humor os presento este vídeo …
