Lo absurdo de los días mundiales

carlesmarcos Artículos 1 Comment

Hace unos días se celebraba el día del padre, y hace unos cuantos más el de la mujer trabajadora, y falta el de la madre o el clásico uno de mayo, día del trabajador… Vamos celebrando días en plan festivo y recibimos con tono jovial las felicitaciones, en mi caso lo último era como padre que soy, y por norma tod@s olvidando otras realidades sociales como que no todas las familias son como antes. ¡Ay! ¿Qué queréis que os diga? ¿Se necesita esto? Tal y como decía Ivá, a través de su personaje Makinavaja: En este mundo podrido y sin ética, a las personas sensibles sólo nos queda la estética. Son de esas frases irónicas que tienen mucho que decir. Nos movemos en ese mundo de apariencias bonitas que te dicen lo esplendido que es el mundo mundial o como debería de serlo. Son finalmente deseos que se quedan en eso y no en hechos. En cuanto a los hechos aparte de culpar a políticos, estaría bien que nos culpásemos a nosotros mismos por no reivindicar lo justo en el día a día en lugar de ir celebrando días que nos impone nuestro calendario.

Yo quiero hechos cómo que en el día a día por ejemplo, se demuestre que los padres puedan tener un permiso de paternidad como “dios manda”. Quiero hechos como que haya políticas de igualdad hacia la mujer por ejemplo en el ámbito laboral. Quiero hechos como que el trabajador o trabajadora tenga esos derechos que siempre se hablan pero quedan en eso… al final, y que por poner un ejemplo simplemente se pueda lograr esa conciliación familiar y laboral siempre anhelada. Mientras que todo esto no pase, me parece una absurdidad la celebración de esos días esporádicos en tono festivo de cosas que son luchas de toda una vida y que se minimizan en simples momentos. No tenemos memoria, vivimos el corto plazo, el aquí y el ahora y nadie recuerda lo que pasó hace unos días. ¡En fin…! El post de hoy va dedicado a todo tipo de familias, que celebran su día los 365 del año a su manera. Comparto una interesante reflexión de la periodista Maika Ávila titulado  ¡Acabemos ya con el Día del Padre (y de la Madre) en las escuelas! y publicado en El Huffington Post.

«Hay dos cosas que creía desterradas desde hacía tiempo de las escuelas: los piojos y los regalos para padres y madres del mundo. Me equivoqué.

Cada mes de marzo, llega la misma comedia de regalos envueltos primorosamente en papel de celofán por entregados profesores. Alumnos que decoran abanicos, estampan a color sus manitas o elaboran extraños collages en cartulinas en forma de corazón. En ocasiones, repiten tópicos sexistas, con corbatas dibujadas para los padres y flores bucólicas para las madres. Cuanto más rosas, mejor.

Regalos clonados como guerreros de Xi’an. El tema de los piojos lo dejaré para más adelante. No me siento preparada aún. También creía que la enfermedad de la escarlatina era algo que se había quedado en el siglo XIX, pero todos los años llegan circulares del colegio alertando de la presencia de la bacteria. Es evidente que hace falta abordar un especial de Educar en Salud (y primeros auxilios).

A veces, el regalo se queda huérfano al poco de nacer. No hay padres o madres que lo puedan recibir. Las razones son varias, puede que nunca hayan existido o que, desgraciadamente, fallecieran. Hijos e hijas con dos padres o dos madres, o sólo una madre, o sólo un padre. Sólo son para familias como las llamadas tradicionales o «de toda la vida», que creía también que era un concepto anclado en el pasado y anacrónico hasta que, en la escuela de mi hija, comenzaron a celebrar el Día del Padre (y de la Madre) desde la tierna infancia de los cinco meses.

He de decir que soy una cobarde. No me he atrevido a explicar a otros padres y madres que no le veo ningún sentido a un regalo hecho ex profeso por los adultos en nombre de los alumnos. Pero, ese no es el mayor inconveniente. ¿Las nenas y nenes sin padres o sin madres qué hacen? ¿Miran al compañero? ¿Se hacen los tontos? ¿O celebran el día del tío o de la tía? Es un sinsentido.

Mi hija Clara, de cinco años, ya metida en faena de tanta fiesta, ha propuesto instaurar su propio día, el de la hija. Vayan buscando fechas porque, claro, también necesitamos hacer hueco en el calendario para el Día del Hijo. Y del Primo y de la Prima. Y de la novia de la madre o del padre, o del novio de la abuela o el abuelo.

No es una broma. El Día del Padre se sigue celebrando y, a veces, lo carga el diablo.

Esta semana, Pablo, de siete años, ha llegado a casa de sus madres de acogida con un trabajo y con muchas preguntas. El regalo es una retahíla de frases que loan el amor de un padre a su hijo. Se da la circunstancia que el de Pablo ni lo quiere, ni lo cuida, ni lo mima, ni nada de todo lo que dice el folio que ha pintado. Simplemente se desentendió y no tiene intención de verlo. Pablo, que antes vivía en un centro de menores, le preguntaba a sus madres de acogida por qué todos sus compañeros tenían unos padres tan estupendos y él no, por qué había tenido que colorear unas frases que no eran verdad.

Lucas, con año y medio, ha pasado la semana decorando un magnífico marco para su padre. Sólo hay un pequeño inconveniente: Lucas no tiene padre. Así que el regalo lo compartirán sus dos madres. Es el acuerdo al que llegaron con la profesora. El año que viene se volverá a plantear el tema. O quizá antes porque, ¿no debería Lucas hacer dos regalos para el próximo Día de la madre en mayo?

Desde GALEHI, Asociación de Familias LGTB, se plantea celebrar el Día de la Familia y erradicar los de padres y madres. Éstas son algunas de sus razones:

No se marcaría como diferente al alumno o alumna que no cumple los requisitos estándares, que es tener padre y madre y vivir con ellos en la misma casa.

Se reconocería al alumnado que es parte de una familia monoparental, a los que son parte de una familia homoparental, a los que pertenecen a una familia reconstituida y conviven con la nueva pareja de uno de sus progenitores o con las nuevas parejas de los dos progenitores al mismo tiempo, a los que no tienen relación alguna con su padre o con su madre y viven con alguien de su familia extensa o en centros de menores, a los que están conviviendo en familias de acogida, y un largo etcétera de casuísticas diferentes.

Este día no está relacionado comercialmente con la idea de celebración, con lo cual se crearía distancia ante agresivas campañas publicitarias que aprovechan, fomentan y enfatizan supuestos de familia que muchos niños no cumplen.

El alumnado no tendría que hacer regalos para una persona que no existe en su vida,  o para una figura, padre o madre, que pueden cumplir más de una persona. Poner en valor la figura de uno de sus progenitores y luego ningunearlo bajo afirmaciones como » pues como tu padre no está, se lo das a tu abuelo o a tu tío» o » tienes que decidir si se lo das a tu madre o a la nueva pareja de tu padre» o «decide  a cuál de tus madres se lo das», en el caso de parejas de mujeres, supone crear una confusión al alumnado que le hace sentir fuera de la norma.

Lucía Ruiz, madre de Hugo, de siete años, ha tenido que soportar estos días cómo otras madres le espetaban: «Yo respeto todas las opciones, pero me parece fatal que nos hayáis quitado el Día del Padre y de la Madre». El colegio San Alberto Magno de Madrid no los celebra desde este curso. Y hay decepción.

Lucía les responde a las madres que, si ellas quieren fabricar una manualidad a sus maridos, que lo hagan en casa y, de paso, disfrutan de un tiempo precioso con sus hijos. Es lo que ella misma recomienda como maestra de Educación Infantil y desde su escuela.  Cuando se acerca el día, envía a las familias distintas propuestas de regalos para la madre o el padre. Queda aún mucho camino por recorrer. «Hace diez años que nos podemos casar pero, a la hora de rellenar los papeles para pedir un colegio, en los documentos siguen poniendo padre y madre como única opción», explica.

Desde GALEHI están enfrascados ahora en la elaboración de un proyecto educativo para llevar a los colegios. Incluye charlas sobre diversidad, la celebración del Día de la Familia, la creación de un sello distintivo para los centros, y planes para fomentar el lenguaje inclusivo. Algo tan simple como cambiar el «queridos padres» por «estimadas familias» en el encabezamiento de las circulares de las escuelas es más efectivo de lo que pueda parecer.

Porque al final, como decía Tolstoi en el arranque de Ana Karenina, todas las familias felices se parecen, y las que son infelices lo son cada una a su manera. Vivamos y celebremos lo que amamos todos los días del año. Que la felicidad ya es otra cosa. Y suele tener poco que ver con los regalos.»

¡Ya sabéis que el humor es un clásico en este blog! Comparto un vídeo para compartir unas risas sobre ese día del padre…!!!

 

Comentarios 1

  1. Pingback: Acabem ja amb el Dia del Pare (i de la Mare) a les escoles! | AMPA IPSE BLOC ... un espai per a la comunicació i per a la participació.

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