Hace unos días un buen amigo me hablaba del efecto Dunning-Kruger que en psicología social dice de ese sesgo cognitivo en el que hay individuos incompetentes que tienden a sobreestimar su habilidad, mientras que los individuos altamente competentes tienden a subestimar su habilidad en relación con la de otros. Ese efecto se debe a la incapacidad de los individuos incompetentes para reconocer su propia ineptitud….
Esto me hizo pensar en estos tiempos de política convulsa que vivimos. Y es que observo cada vez más a esa incompetencia, léase políticos exacerbados con sus ideas únicas, periodistas que van de sabios pero que son palmeros a la voz de su amo y quizás también votantes acérrimos emocionalmente a su partido que creen que son de lo bueno, lo mejor y de lo mejor lo superior sin ver más en este mundo que su propia nariz. Total, yo soy el listo y los demás son los tontos.
Cabe suponer que el cansancio de la comunicación analógica y quizás “dificultosa“para ell@s, donde uno argumenta y escucha al otro, hizo que ideasen que lo mejor es lo “tecnológico”. Escribo watsaps, tweets o lo que sea, suelto lo mío y no me miro mucho las respuestas, no sea que haya alguno que me haga pensar que en este mundo no hay ninguna verdad absoluta. ¡Ah, y si luego dices eso de “hazlo correr”! es lo más. ¡Deja la mierda que algo quedará!. La autocritica hace tiempo que se dejó de lado y así vamos y así parece que seguiremos! Bon dia tingueu!!!
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